El amor fue un papelito en
el bolsillo que guardé desde el mediodía, y que pasó el atardecer entre el
calor del auto y el coco frio en una esquina sin nombre, y que hasta la noche
nadie leyó.
Una vez leído, cobró todo
el sentido: El de las palabras, el del papel maltratado, el del olor a
bolsillo, a monedas viajas, y el de la idea hija del sentimiento. Porque las
notas escondidas, miedosas, tímidas… son así, nacen asfixiadas, se atragantan
entre el lápiz y el puño, después en el papel que las transporta de un corazón
a otro. Y aún allí, siguen siendo prisioneras.
Al papelito le siguió un
beso no planeado, no esperado, sin calculo, pero macerado desde hacía meses de
los labios hacia adentro. Fue libre y voló (y vuela aún por algún cielo). Sintió,
se hizo grande, habló en voz baja y besó de nuevo, porque los mismos labios,
capaces de fabricar palabras, también fabrican besos, de manera que, los besos
y las palabras, en ocasiones, vienen a ser la misma cosa y cumplen, a saber, los
mismos efectos.
La letra escrita cobró
vida en forma de voz y también, al igual que el beso, se libró de sus dueños. Bailó
con el viento, con las olas, con la lluvia caliente, con la puesta del sol y con el ladrido de los
perros. Ya nadie sabe dónde está, porque cuando las palabras son leídas por
primera vez, desnudadas, se pierden y ya no pertenecen a quien las escribe,
mucho menos a quien las lee. Son materia orgánica, masa y éter. Aunque sigan
siendo palabras.
Mi primer amor se me perdió en una playa, en un helado, en un poemario leído y releído al son de las noches, del ron, del merengue. Tuve un amor que no duró nada. Que bailó, que tomó, que dolió. Que nació de noche y murió de tarde. De gris y de negro. Loco. Enfermo. Tuve un amor al sol y hoy lo recuerdo, lo dejo ir, lo absuelvo, lo olvidó, porque solo así podré encontrar, aquello que, desde entonces, como en aquellas playas, bajo aquel sol, aquí, como en todos los lugares donde fui, sigo buscando, esperando, aunque sea él mismo, en un viaje de regreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario