Dos más dos es
una argentada como una casa de grande lo sé, pero está que te cagas de la risa
y es un humor inteligente porque esta labrado a punta de guión y los pocos
chistes visuales son perfectos, absurdos y en el fondo, tan ingenuos que
resulta imposible no destornillarse de la risa allí en plena sala. Lo malo es
que mucha gente se ha perdido la mitad de los chistes porque, como comedia
argentina que es, algunas cuestiones se quedan en lo cultural y evitan el
juicio universal de un público amaestrado por Woody Allen en esto de lo absurdo
y lo inteligente.
Diego
Kaplan llega al Territorio Latinoamericano del 16º Festival de Málaga con su
barriguita y su barbita y modestamente nos desea que disfrutemos de la historia.
Pero él sabe que ha hecho una gran comedia y que no hace falta desear nada
porque todo viene empaquetado por defecto y diseñado para hacer reír y para
hacer pensar; porque sin duda alguna es una comedia también bastante reflexiva,
que emprende un viaje intimista hacia el matrimonio y hacia el amor madurado
por la convivencia, y nos lo sirve en dos versiones: con o sin hijos.
─Hija de puta!!! Cagaste!!! Cagaste!!!
Cagaste!!!─ Carla Peterson esta divina y se ha marcado un personaje
exquisito con unos momentos y unos puntos de climax absoluto que, como golpes
sobre la mesa, le han sentado estupendamente a la historia y han mantenido el
equilibrio y la frescura durante todo el metraje. El resto del elenco, en su
conjunto, ha estado genial, no tengo ninguna crítica para vosotros.
Solo tengo un pero: ¿Por qué ese final? ¿Por qué? ¿Por qué tenían que reencontrarse después de los años? ¿Por qué no podían seguir follando sin más? En fin… Solo agregaré una última cosa: es maravilloso como Kaplan pasa de lo sofisticado a la histeria, de lo meramente pasional a la crisis de valores, de una manera tan natural y sublime, que en el fondo da a la película cierto aspecto sintético que no hace más que reforzar su comicidad y su elegancia. Dos más dos es de las comedias más efectivas y mejor contadas que he visto en mucho tiempo.
Solo tengo un pero: ¿Por qué ese final? ¿Por qué? ¿Por qué tenían que reencontrarse después de los años? ¿Por qué no podían seguir follando sin más? En fin… Solo agregaré una última cosa: es maravilloso como Kaplan pasa de lo sofisticado a la histeria, de lo meramente pasional a la crisis de valores, de una manera tan natural y sublime, que en el fondo da a la película cierto aspecto sintético que no hace más que reforzar su comicidad y su elegancia. Dos más dos es de las comedias más efectivas y mejor contadas que he visto en mucho tiempo.
PD:
El título de este post es un sentido homenaje a la canción de Andrew Lloyd
Webber y Tim Rice.
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