4 de mayo de 2013

El show de FNAC



Os diré lo que pasó: FNAC encargó a Lucas Figueroa dirigir un spot publicitario, pero éste que es tan creativo cogió el argumento de Danzad, danzad, malditos (Sydney Pollack, 1969) y el final de El gato negro de Allan Poe y en lugar de un spot le salió un largometraje ineditísimo, y le llamo Viral.

Para asegurar el éxito en taquilla claro, porque el de la crítica se veía ya venir, contrataron al grupo Auryn para que cantara los temas de la película y así garantizar por supuesto, un target más amplio. Et voilà, el cine español ha sido salvado.

Claro que después las cosas se les fueron de las manos a FNAC y aquello se convirtió más bien en un festín de marcas y emplazamientos qué ya hubiese querido Farmacia de guardia; y en el que como habían tantos minutos que rellenar, hasta Maxim Huertas pudo presentar su libro Una tienda en París. Que del cerdo se aprovecha todo señores.

Ah y la historia pues, bueno, qué más da, mientras sea medianamente entretenida, que lo es, y los actores muy guapos, que lo son, lo demás es secundario. Eso sí, contiene un discurso crítico a la telebasura que si bien no aporta nada nuevo, al menos nos recuerda la cantidad de mierda que nos quieren hacer tragar los grandes grupos de comunicación de este país, y eso hay que tenerlo muy presente porque como nos descuidemos nos va pasar como a los padres de Chihiro, solo que la comida nos la van a servir Paz y Jorge Javier.



Además de todo lo dicho, Viral es también un thriller de suspenso y una comedia y una burla a todo el que se respete ser un espectador cinematográfico medianamente ávido. Pero en la viña del señor cabemos todos, incluso Lucas Figueroa, incluso Auryn, incluso las novelas de Maxim huertas.

PD: El título de este post es un homenaje a la entrañable película de Peter Weir.

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