28 de diciembre de 2012

¿Dónde queda la hallaca?


Hoy he comenzado un viaje de tres duros y largos días; una tarea titánica que será recompensada, dios mediante, en noche vieja. Armado de paciencia y desde mi humilde cocina, oficialmente, ¡hoy he empezado a hacer las hallacas!

La hallaca es un plato navideño típico venezolano, cuyas raíces se remontan a la Venezuela colonial, cuando los señores de la clase alta, daban a sus criados las sobras de las ostentosas cenas de navidad, y estos las mezclaban con una masa de maíz y la envolvía con hojas de árbol de plátano. Pero claro, eso fue hace mucho tiempo, en la actualidad, en Venezuela, todo el mundo cena hallaca en la noche de navidad y año nuevo. Se le acompaña de: una rebanada de pan de jamón, una loncha de pernil de cerdo asado y ensaladilla de gallina, et voilà.

Día 1:
He empezado por cortar la carne (de ternera y de cerdo en igual proporción), en principio parece sencillo, pero es que hay que cortarla en dados muy pequeñitos, como de un centímetro cúbico aproximadamente. Luego la he dejado macerando en vino tinto hasta mañana.


También corte toda la verdura (pimiento rojo y verde, ajo, puerro, cebollas, ajo tierno, cebollín, perejil y apio, ingredientes que, dicho sea de paso, echan de menos al ají dulce, que aquí en Málaga no se consigue). Al mismo tiempo he preparado el aceite de onoto. El onoto o achiote, es una semilla de color rojo, de sabor y olor muy característicos. Se hierve apenas el aceite con un puñado de estas semillas, se deja enfriar, se cuela y listo, tenemos el aceite de onoto, uno de los ingredientes más emblemáticos de nuestra querida hallaca.

Árbol de onoto
Mañana se guisa.

PD: E título de este post es un homenaje a aquella famosa gaita del grupo Barrio Obrero, que tanto recuerda al presidente Chávez.

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