26 de abril de 2012

Málaga, je t'aime (II)



Continúa este maravilloso maratón cinematográfico, fuera de la sección documental he podido ver muy poco, pero he asumido mi tarea de jurado con mucha responsabilidad. Hasta ahora he visionado unas catorce películas de un total de dieciocho.
  
El bosque zurdo de Pedro Pinzolas ha sido con toda seguridad al más abstracto y el que menos he disfrutado, retrata el universo de Fernando Márquez, un cantante de la movida. Uno que si me ha gustado bastante por lo realista y conciso de su discurso ha sido Cuando seas padre comerás huevos de Álex Pigem y Jorge Peña.


La jornada del martes fue igual de larga e intensa, pero también gratificante. El primer documental de la tarde fue La mujer del Eternauta de Adán Aliaga, que viene a ser la historia de la familia de Héctor Germán Oesterheld, autor del famoso cómic El Eternauta. Iván García sorprendió con su El difícil arte del paseo, una recopilación de imágenes primitivas, correspondientes a películas de viajes de principios de siglo pasado. Otra noche en la tierra de David Muñoz López, propone una mirada cercana y profunda, al Egipto postrevolucionario.


Finalmente, la jornada de ayer, la más larga de la semana, abrió con El foso de Ricardo Íscar, una historia sublime y delicada que se adentra en el alma artística de una orquesta de música clásica. Yatasto de Hermes Paralluelo, un documental argentino que narra la historia de una familia de cartoneros durante los años inmediatos a El corralito, logró, a pesar de no contar con una buena traducción, ya que los personajes hablan en un español poco legible, traspasar las barreras idiomáticas, gracias a la universalidad de la historia, en pocas palabras, el mensaje logró llegar con claridad.

A Chau, Pelado de Miguel Presno, un documental que narra la historia de un hombre en búsqueda de sus raíces paternas, y que es a la vez una mirada al mundo contemporáneo del nuevo siglo, le siguió Chico Ferry de Federico Beltramelli, una historia conmovedora, llena de música, entretenida y práctica, hasta ahora de las mejores de la sección oficial a concurso.

A espera de otras dos jornadas, los dos estilos predominantes siguen acentuándose en igual proporción. Mi voto sigue careciendo de dudas.

PD: El título de este post sigue siendo un simple homenaje a la cinta colaborativa francesa y a todos los cortos que la componen.

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