1 de diciembre de 2011

La banda anal


A finales de los ’90, cuando todavía el reguetón sonaba lejos y elementos explícitamente sexistas no terminaban de corromper a la música latina (Aunque ya la lambada en su momento nos avisó de lo que venía), una banda venezolana de música alternativa, ya hablaba de anos, de las lycras del Ávila y de ponernos en cuatro, eran Los amigos invisibles, que hoy recibieron una nominación a los Grammys en la categoría de mejor álbum latino pop, rock o música urbana.


Pero la cosa no acabó en los ‘90, vendrían otros álbumes, y con ellos, la posibilidad de seguir fusionando música, siempre con una marca venezolana muy presente. Así pues llegaron temas como “El baile del sobón” o la proporcionalmente inversa y muy vintage “Amor”.


Claro que si hablamos de música latina y de marcas venezolanas, la salsa no podía faltar, también con un corte retro nos hicieron mover cintura con “Esto es lo que hay” (Homenaje a dos personajes insignias de la Caracas ochentera: el motorizado y el jabón camay); y, cuando nadie se lo esperaba, revisaron un clásico de la música folclórica guayanesa, “All day today”, y otros temas igualmente conocidos. O existe algo más venezolano que el himno del Miss Venezuela (toda una frikada).


Finalmente, con Not so comercial, álbum con el que compiten por el gramófono, un disco totalmente reivindicativo, afianzan un estilo destrozaesquemas, que tira hacia el disco con la misma armonía con la que tira hacia ritmos tradicionales venezolanos y latinoamericanos. Destacan “G-String” y “Sweet”, con un videoclip gráfico y fascinante.



Para quienes hemos crecido con bandas como Los amigos invisibles, algunas veces lejos, otras desde muy cerca, su éxito y reconocimiento actual es algo muy significativo y sobre todo, una buena noticia.

PD: El título de este post y el post en sí, son un pequeño homenaje a Los amigos invisibles, y en general a todos los que se atreven a hacer algo diferente. 

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