24 de septiembre de 2015

Perdido

Laura es el tipo de chica del que si yo fuera heterosexual, me enamoraría.



Me llamo Gabriel Vargas Zapata, y estoy perdido.
Conocí a Laura cuando impartía un taller de escritura en la librería Proteo. Fuimos juntos a ver Casablanca. Oí hablar de esta película cuando tenía unos nueve años, fue gracias a mi tía Chabela, en Venezuela. Todo el mundo alguna vez, debería ver Casablanca.
En la película, Rick, el protagonista, está atormentado. Y al final, un avión despega hacia ninguna parte. Me entristecen las películas en las que los aviones separan parejas (El guardaespaldas, El paciente inglés…), porque todavía y sobre todas las cosas, creo en el amor.

Laura y yo pensamos que como se amaba antes, como amaba Rick a Ilsa, ya no es posible hoy en día; que puede que el amor ahora se sienta y se viva de otra manera. Y que las nuevas tecnologías tienen mucho que ver en eso.
Laura es fotógrafa. Sus fotografías están dotadas de una fe en la humanidad que yo también poseo. Que demuestran confianza en el futuro y que retratan a la sociedad de una manera esplendía, porque intenta acercarse a ella para tratar de entenderla, de comprender su conducta y en ese proceso, encuentra la belleza misma de su naturaleza. A mí me pasa algo parecido.
Acabo de graduarme de comunicador audiovisual. Entre el vacío postgraduación, las entrevistas de trabajo fallidas, el desempleo y el echar de menos a la familia, me siento, como dice mi amigo Hermes: desorientado. Pero al igual que Rick y que Laura, a pesar de lo atormentado que pueda sentirme, en ese no saber a dónde ir, encuentro también algo de belleza y encuentro también algunas pistas sobre lo que debo hacer.
Hermes también es fotógrafo, y con sus fotografías hace dos cosas: o vuela o pisa la tierra. Pisa demasiado la tierra. A mí me gustan ambas, pero ahora mismo, prefiero volar. Hermes quiere emigrar, lo que me recuerda al Gabriel de hace ocho años.
¿Por qué me fui? ¿Por qué me quiero volver a ir?
Ambos confesamos lo triste que nos sentimos por la situación del país, lo decepcionados, lo enfadados, lo perdidos, pero recuerdo un artículo que leí hace poco. Es de Lena, una amiga del Facebook que ha estado recientemente en Venezuela después de muchos años y asegura que el país sigue allí. Yo también creo que el país sigue allí (Hermes, el país sigue allí). La Venezuela donde crecimos sigue allí. Mi tía Chabela sigue allí.
Pero el que está perdido soy yo, no Laura, ni Hermes, ni mi tía Chabela, ni Lena. El que no sabe a dónde ir, el que cuenta el tiempo desesperadamente, el que escribe para ordenar sus ideas, el que quiere volar, como las fotografías de Hermes, como los aviones en las películas tristes soy yo.

Escribo esto esperando que sea una brújula en el mapa maravilloso de la vida, donde no encuentro los caminos.

2 comentarios:

Tia Chabela dijo...

Hijo, DIOS te dio alas, que no a todos les dio, alas que tu madre y tu padre supieròn ver y cuidar, alas que toda tu familia y amigos hemos visto despegar.Muchas veces la cotidianidad nos envuelve y nos arrastra hacia atràs, pero esos son momentos que tu vences, por que lo has hecho ya."Casa Blanca","Los Puentes de Madisòn", "Lo Que El Viento Se Llevo" y "El Puente de Waterloo", me hicieròn soñar con ese amor tormentoso y para siempre, pero al final nunca se realizo..Ahora,ahora prefiero "El Descanso", porque tambien lo disfrutas y te aterra, pero finalmente, triunfan los dos.Te amo hijo y te entiendo, pero quizas algunos de tus amigos ahora pudieran entenderte mejor; tal vez desorientado es la palabra. Ahora te relajas y te entregas a DIOS, a ÊL que te dio las alas y sabe porque te las dio.

BELLA dijo...

Bárbaro! LO AME como a ti.