2 de febrero de 2012

Sonríe o mamá dispara


Mas que una consecutiva, innecesaria y mecánica memorización de conceptos (que algunos insisten en planteárselo de ese modo), la Introducción a las relaciones públicas, una asignatura que quizás no sienta nada bien en un primer curso de Comunicación Audiovisual, ha sido algo más bien referencial; con un objetivo claro: el de crear una visión generalista sobre como funcionan las cosas en el mundillo RR.PP-Publicidad-Marketing. Generalista por no decir básica, demasiado básica.



Para mi ha sido como una nube de polvo a la que he atravesado al más puro estilo Phoebe Buffet poniéndose perfume (para su mejor comprensión ver el vídeo siguiente).


Algunas motas de polvo han caído sobre mi pelo y por absorción han entrado en mi mente sin darme yo cuenta de nada. Otras han quedado en mi ropa, y estas, al cambiarlas y lavarlas no han sido capaces de grabar ninguna de esas partículas.

Así nos fue en el examen, un poco de cultura general, otro tanto de suerte, todo ha ayudado. Ni fácil ni difícil, pero a grosso modo, aprobable. ¿O no?

Lo que si ha quedado claro es que toda unidad social (empresas, instituciones, personas, organizaciones, ONGs, políticos, bancos, cantantes, directores de cines, novelistas, etc.), tienden a mostrar nuestra mejor cara, siempre con segundas intenciones. Hombre claro que hay excepciones, sobre todo en la unidad última: las personas. Algunos todavía sonreímos porque nos sale de dentro.

PD: El título de este post es un pequeño homenaje al filme de 1992, en la que Stallone no hace ni de Rocky ni de Rambo.

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