No
me pregunten el por qué, pero lo primero que me vino a la mente después de que
todo el mundo sincronizadamente, y casi como una coreografía, se levantara y entregara
el examen de sociología de esta mañana, poco después de que empezara, fue esta
canción:
Posteriormente
procedí a tranquilizarme, porque como a muchos, el examen también me pareció en
un primer momento, escrito en otro idioma. Sabía que algo había en aquellos
extraños enunciados que yo podía contestar, aunque pifiara. Y así fue.
Nos vemos en septiembre, no lo sé. Lo que si sé es que tantos paradigmas, tanto Marx y tanto Weber, no se pueden estudiar en un periodo de tiempo tan corto (3 meses), me gustaría que en el futuro, esta asignatura se impartiera desde un punto de vista más práctico y más aplicado al mundo audiovisual. Lo digo por las generaciones venideras
PD:
El título de este post es un pequeño homenaje a ese excelente libro de
motivación de Spencer Johnson.
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