Sorpresas,
disgustos e impresiones. De todo un poco ante el anuncio de los nominados al
Oscar.
Me
encanta que The artist no haya
fallado y que El árbol de la vida
entrara en la categoría de mejor película y director. O que a Media noche en Paris no se limitara a
una escasa nominación por el guión, como se preveía.
Me
encanta que al menos tres actrices del reparto de Criadas y señoras lograran una nominación (cuando en realidad todas
la merecían), que Damas de honor
consiguiera entrar en las competiciones por el mejor guión y la mejor actriz de
reparo, algo que parecía inalcanzable.
Me
encantan Chico y Rita y Un gato en Paris compitiendo por el Oscar
a la mejor película animada. Me encanta que una canción tan atípica y neofolclórica
como “Real in Rio” consiguiera la
nominación a mejor canción original, cuando en otros tiempos nunca lo hubiera
conseguido.
Pero
no entiendo como películas como, Las
aventuras de Tintín: El secreto del unicornio y El origen del planeta de los simios, con tanto potencial (sobre
todo técnico), o Jane Eyre, incluso
el mismo Rio, tan solo consiguieran
una nominación cada una.
Peor
les fue a Súper 8, Un dios salvaje, Happy feet 2, Contagio, J.
Edgar y a Capitán América: El primer
vengador, quienes increíblemente no recibieron ninguna mención.
¿Y
que pasó con aquellas películas independientes que nadie esperaba, o con aquellos
actores que sobresalían por películas desconocidas? Ya no hay espacio para las
sorpresas, cada vez más los vaticinios se cumplen al pie de la letra.
Eso
si, he de dejar claro que mi favorita para este año es The artist, por su sencillez narrativa, por su ritmo y riqueza
visual y por su atrevido experimento a dos tintas, un cine mudo tan autentico
como el de los años ’20, pero con la musicalidad del siglo XXI.
Buena
suerte para todos y que gane el mejor.
PD:
El título de este post es un homenaje a la serie animada ochentena-noventera de
Marvel.
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